Reseña: Sedas de Francia

Autora: Sandra Brown

Editorial: Zeta

Género: Romance contemporáneo

Autoconclusivo

Sinopsis
Claire Laurent dirige una empresa de lencería fina que trabaja por correspondencia. Ha puesto muchos esfuerzos en ello y no está dispuesta a ceder ante las acusaciones de un evangelista que tacha de inmoral la confección de ciertas prendas íntimas. Una sesinato termina por complicar las cosas e introducir a un personaje, la modelo Yasmine, cuya intervención precipita la intriga. Claire se verá entonces sumida en una pesadilla de la que tendrá que librarse al precio que sea.

∾ Opinión ∾

Dentro de mis retos de este año 2015, está el de recuperar libros que se han quedado atrás sepultados entre las montañas de novedades y que en su día quería leer. Este en concreto lo tengo hace casi un año de un pedido que realicé a Book Depository y tenía muchas ganas de leerlo, ya que Sandra Brown es una de las grandes y nunca defrauda.

La autora tiene la habilidad de confeccionar todo un entramado que envuelve a la historia de amor, dándole un volumen y una calidad a la historia que te deja sorprendida. Dentro del género romántico hay muchas opciones a escoger, debido a la gran cantidad de subgéneros que te permite seleccionar en función de lo que el cuerpo te pida en ese momento, a Sandra la leo cuando el cuerpo me pide una muy buena historia.  

Claire Laurent es la propietaria de Sedas de Francia, una empresa dedicada al diseño y confección de lencería y ropa interior. Debido a la calidad de sus productos y diseños, el negocio ha ido viento en popa los últimos años. Su catálogo es muy conocido y cada año crea más expectación por las cuidadas y sensuales fotos que este contiene. Esto es gracias también en parte a la conocida modelo Yasmine, quien trabaja codo con codo con Claire dándole más presencia a la marca en el sector de la moda y el gran consumo. La única piedra en el camino es el famosísimo reverendo Wilde, el cual tiene a Claire y a Sedas de Francia en su punto de mira. Las acusa de pervertir y de ser el mismísimo diablo, y así lo creen los cientos de seguidores que cumplen a rajatabla los deseos del predicador. Es por ello, que en el momento en que este aparece asesinado por tres disparos en la lujosa habitación del hotel Fairmont de Nueva Orleans, una de las principales sospechosas pasa a ser nada menos que Claire. Desde ese momento la vida de Claire pasará a ser minuciosamente investigada, lo que hará que luche con uñas y dientes por mantener a salvo su privacidad y su negocio, algo que valora por encima de todas las cosas.

Robert Cassidy trabaja como fiscal y se deja la piel en ello. Cuando le asignan el caso Wilde comienza a mover todo para averiguar quién ha sido el asesino y así poder procesarlo y condenarlo. En el momento que conoce a Claire siente una total contradicción, y es que sí bien todas las flechas se empeñan en señalar a Claire como culpable, su interior le grita que no quiere que sea ella. Su carácter inquisidor y curioso, hace que sea de los mejores en su trabajo, pero sacará a Claire de quicio cuando se empeñe en ir derribando una a una todas sus mentiras. La atracción que ambos comienzan a sentir  se empeñará en ponerse en medio dificultando así la investigación y poniendo en tela de juicio la labor de Cassidy.

- Conozco a una empleada de la sección de archivos del juzgado. Anteanoche me invitó a entrar en su casa para pasar una velada comiendo espaguetis y haciendo el amor.
Él la miró de forma penetrante, esperando una respuesta. Finalmente Claire comentó:
- Realmente no se anda con rodeos.
- Bueno, la parte de sexo iba implícita.
- Ya veo. ¿Y aceptó?
- Sí.
- Oh. ¿Y qué tal?
- Una delicia. Cubiertos de salsa roja de almejas.
Al principio ella quedó desconcertada; luego se dio cuenta de que él intentaba hacer un chiste. Ella trató de reírse, pero descubrió que la idea de que él durmiera con otra mujer no la dejaba indiferente.
- Los espaguetis estaban estupendos – añadió él-. Pero el sexo solamente así así.
- Qué decepcionado debió quedarse – comentó Claire tensa.
Él se encogió de hombros.
- Y unas pocas noches antes me acosté con mi vecina. Fue obsceno, y ni siquiera estoy seguro de cómo se llama.
Claire perdió los estribos.
- ¿Pretende impresionarme con sus hazañas sexuales? No soy un sacerdote. Yo no le he pedido una confesión. 
- Sólo pensé que tal vez querría saberlo.
Con rudeza, Cassidy la atrajo hacia él y sostuvo su cabeza entre las palmas de sus manos.
- Porque estamos metidos hasta el cuello, y usted lo sabe tan bien como yo.
Acto seguido la besó.

Como es habitual en la autora, en esta historia no tienen todo el peso de la trama los dos protagonistas, sino que Sandra nos introduce también el punto de vista  de personajes secundarios como puedan ser Ariel, viuda de Wilde; Josh, hijo de Wilde; Andre Phillipi, encargado del Fairmont o el congresista Alister Petrie, amante de Yasmine. Estos diferentes puntos de vista contribuyen a crear todo el entramado de la novela, y es de este modo como la autora consigue irte conduciendo mediante pistas hacia el descubrimiento de quién pudo ser el asesino del reverendo.  

Sandra te envuelve con sus historias, haciéndote leer la novela casi como si estuvieras viendo una película. Su modo de describir el entorno te traslada sin duda a Nueva Orleans y a pasear por las calles de su barrio francés de la mano de Claire. Se nota que es una de las grandes.

Una vez más me ha sorprendido con la resolución y me ha tenido toda la lectura dando bandazos y sospechando de absolutamente todos, para al final darme un final totalmente sorprendente y que me deja admirándola como escritora una vez más.  

Sedas de Francia es una historia llena de matices, donde una investigación por asesinato te mantiene en vilo toda la novela. Con unos personajes con más de una cara y que ocultan más de lo que enseñan. Una historia de amor que nace entre las espirales de una vorágine de acusaciones, y que romperá con todos los muros que sus protagonistas se empeñan en construir. Sin duda un libro mucho más que recomendable.