Reseña · Los chicos del calendario: agosto, septiembre y octubre

Ficha del libro 

Opinión 

Tenía muchas ganas de leer este libro, ya que el final de la tercera entrega fue apoteósico. La autora nos dejó a todas al borde del precipicio, y era normal que nada más llegara la novela a mis manos me pusiera con ella. Una vez más, nos encontramos con una Candela subida en su particular montaña rusa, y es que su año con Los chicos del calendario está siendo un antes y un después en su vida.

A finales del mes de julio, Candela recibió la peor noticia que le podrían dar en la vida, una que iba a cambiar el rumbo de todo, y que le hizo tener que embarcarse en un viaje inesperado a Londres. Este viaje hace que tenga que alterar todos los planes de sus chicos del calendario, cosa que hará que nuevamente el Sr. Barver, padre Salvador, su jefe en Olimpo y chico de enero, vuelva a poner en tela de juicio el trabajo de Candela y su equipo. Este no ceja en su empeño de poner palos en las ruedas a este proyecto, pero ella tratará por todos los medios de evitar que todos estos cambios afecten al buque insignia de la revista Gea.

La situación con Salvador es más delicada que nunca, ya que, tras verse rechazada por él en varias ocasiones, ahora tiene que correr a su lado sin saber si él la aceptará de nuevo. Por otro lado, tiene a Víctor, su particular leñador, con el cual mantiene una relación intermitente y con el que se siente muy cómoda. Esta relación sería ideal si su corazón no se empeñara en tener sentimientos por Barver haciendo que ella se sienta constantemente indecisa. La vida de Candela es un vaivén de emociones que parece no tener fin, y en este libro no es diferente ya que, además de tener que lidiar con su ajetreada vida personal, se ve obligada a continuar con su trabajo en Los chicos del calendario haciendo que tenga que seguir pasando un mes con cada uno de los diferentes chicos seleccionados.

En esta novela, vemos discurrir los meses de agosto, septiembre y octubre, en los cuales Candela tendrá que viajar a Asturias, Marbella y Valencia. Cada chico es muy diferente al anterior, y ella continuará con su afán de querer arreglar la vida de cada uno de ellos. 

—¿Y eso qué tiene que ver con nosotros, Salvador? Yo no voy a renunciar a Los chicos y tengo intención de protegerlos con uñas y dientes si tu padre intenta quitármelo, pero eso no significa que no pueda estar contigo y visitarte, llamarte, estar a tu lado. Si quieres hablar de Víctor, hablaremos de Víctor. —No es una conversación que me muera de ganas por tener, pero, en fin—. Tenemos que hablar de muchas cosas y la primera y más importante es por qué siempre me echas de tu lado.

—No te estoy echando.

—Ah, entonces me he equivocado y no estabas a punto de decirme que no podíamos estar juntos.

—No iba a decirte que no podemos estar juntos. —Si no fuera por cómo lo dice, por la frialdad de sus ojos, tal vez habría sentido algo de esperanza al escuchar esa frase—. No quiero que estemos juntos.

Me cuesta respirar de lo dolida y enfadada que estoy. Es la primera vez en mi vida que tiemblo de rabia.

—No te creo. ¡¡Siempre haces lo mismo!! Me dejas, volvemos a vernos y entonces te comportas como si me quisieras, como si me necesitases y no paras hasta que vuelves a tenerme. Y yo soy tan idiota que todas y cada una de las veces que lo has hecho he caído en la trampa. ¡Estoy harta!

—Tranquila, no tendrás que volver a pasar por esto.

En esta novela los nuevos chicos quizá tienen un menor peso en la trama, debido a que la intensidad de las decisiones que tiene que ir tomando Candela con respecto a los chicos de enero y marzo, hace que eclipse un poco todo lo que ocurre con los nuevos participantes. Se está acercando ya el final del alocado año de Candela, y eso se nota. 

Yo por mí parte me estoy volviendo loca con la historia ya que, si bien yo tengo claro por qué chico me decanto, la otra opción no deja de comportarse de un modo que me hace pensar en que todo lo que suceda en el quinto libro va a ser muy doloroso para Cande y para el lector. También tengo curiosidad por cuales son las intenciones ocultas del padre de Salvador para que esté dando tantas vueltas alrededor de Gea.

El tono general de la serie se mantiene también a lo largo de toda esta novela. Candela sigue igual de chispeante, pero se adecua obviamente también al cambio en la trama, cosa que hace que comience a plantearse algunas cosas más seriamente. Es una serie que se lee con mucha fluidez.

Los chicos del calendario se precipitan hacia su final. Un final que se prevé duro y lleno de sobresaltos. Candela tendrá que tomar decisiones sobre su vida, y sobre todo tendrá que pensar qué quiere hacer con ella una vez concluya el duro proyecto que la ha tenido fuera de casa durante doce meses. Estoy deseando conocer el final de este viaje en montaña rusa, y llegar nuevamente a la estación. Espero que no nos hagan esperar mucho y antes de final de año tengamos la quinta entrega. 

**Si quieres saber a qué me ha sonado a mí esta novela, puedes saberlo en mi última entrada de The perfect song.