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Reseña · Toda la verdad de mis mentiras · Elisabet Benavent



Opinión 

Toda la verdad de mis mentiras es la novela número 17 de Betacoqueta, y ha sido mi última lectura. Como cada año la autora nos regala una de sus historias, y en este caso se ha tratado de un libro único y autoconclusivo. Siempre es un placer leer a Elisabet ya que, si bien unas historias pueden gustarte más que otras, siempre se disfruta del viaje a través de sus palabras. 

Coco vive en Madrid y comparte piso con Marín, su mejor amigo y del cual está secretamente enamorada desde hace un tiempo. La relación entre ambos es de perfecta sintonía, y ella no quiere dar ningún paso que haga que esto pueda llegar a romperse, ya que entonces se moriría. Trabaja en una galería de arte y ama su trabajo, aunque a veces sus amigos se rían de ella por considerarlo un trabajo de "persona mayor". Su mejor amiga Blanca está a punto de casarse, y por ello Coco ha organizado una loca despedida de soltera junto con su amigo Loren y Aroa, la ex de Marín y amiga también del grupo. No se les ocurre otra cosa que alquilar una autocaravana y llevarla unos días por varios campings de la costa española. Marín no puede sumarse al evento por motivos laborales, y Gus, ex de Coco y poeta intenso, no lo hace por cuestiones de dinero. Así que todo pinta como unas vacaciones de amigos muy divertida, pero todo cambia cuando finalmente pueden viajar todos y los secretos de que cada uno guarda comienzan a hervir como en una olla a presión. La convivencia codo con codo en la pequeña autocaravana hará que todo se precipite hacía lugares de los que es imposible volver.

Marín trabaja como asistente junior en una discográfica, y su trabajo por el momento es el de acompañar y encargarse de todo lo necesario en la promoción de artistas que comienzan. Su vida con Coco es muy fácil, se compenetran en todo y no podría tener mejor compañera de piso. Su vida familiar no ha sido fácil, y por ese motivo agradece más que nadie el poder estar en paz en su hogar. Tiene una hermana menor, Gema, a la que quiere con locura y por la que haría cualquier cosa. Jamás permitiría que su hermana tuviera que pasar por todo lo que él pasó. Cuando gracias al azar del destino finalmente puede sumarse a la loca despedida de soltera de su amiga Blanca, no podía ni imaginar que ese viaje iba a cambiar la vida de todos.



Pero seguí enamorándome,
sin saber,
del «qué sé yo»,
del calor de las noches frías,
de lo patas arriba de tus risas,
de los martes por Madrid
y los domingos por mensaje.
Dejó de ser lo que sería,
nunca llegó a ser lo que debía.
Lo llenamos y vaciamos
en un viaje narcisista hacia quienes no éramos.
Había ilusión, había rabia.
Había preguntas sin respuesta
y respuestas que no interesaban.
Hubo cardenales,
silenciosas huellas de noches intensas,
miradas sin traductor,
emociones de usar y tirar después a la cara.
Hubo cosas, patrañas, triquiñuelas y mentiras,
porque nunca asumí que la verdad a medias
es la peor de las falacias.
Para lo que hay ahora
dejamos de necesitar palabras.
Tropiezo ahora sí, ahora también,
con las «as» y las «emes»,
con los «ven» y los «vete».
Murieron de pena
aquellas pequeñas palabras
con las que empecé a enamorarme.
De lo que queda, ya sin nombre,
me quedo con el alivio de saber
que al menos creo que lo sabes.
Que me sabes.
Desde mi «a» hasta mi «zeta».
Me sabes.

Betacoqueta es una maestra de las palabras. Con su forma de expresarse llega directa al lector y tiene una forma de contar las cosas que está llena de verdad. Como bien decía al inicio hay historias que por lo que sea te pueden gustar más que otras, pero es imposible no disfrutar de la loca forma de Elisabet de enfrentarse a sus novelas, y de los personajes que nos regala en cada una de ellas. Soy muy fan de todo lo que escribe.

En cada novela la autora intenta sorprendernos con algo, y en este caso lo ha hecho teniendo la valentía de incluir poemas o textos poéticos, los cuales tienen sentido al ser escritos por Gus, uno de los personajes. Estos poemas son totalmente acordes con la historia  y le dan ese punto diferente a la novela.

La historia como siempre, aunque tiene su pareja protagonista, incluye también un alocado círculo de amigos, y es que Elisabet es experta en crear novelas casi corales en las que a pesar de tener más peso los protagonistas podemos disfrutar de unos secundarios que aportan mucho y son parte fundamental de la historia. Me río mucho con algunos de estos personajes secundarios.

Toda la verdad de mis mentiras es una novela mucho menos intensa y dramática que todo lo anterior escrito por la autora. Al tratarse de una única novela todo está más concentrado y la historia tampoco pide según que dramas, así que es perfecta para una lectura amena y entretenida. Es un libro  que gracias a la pluma de Betacoqueta se lee muy rápido y que deja un muy buen sabor de boca.  A veces es mejor callar las mentiras, pero un día u otro salen a la luz haciendo que todo salte por los aires. Bueno es saberlo. 


2 comentarios

  1. Hace un par de dias que lo terminé. Me gustó ! :D Y tu reseña tambien. Un beso.

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  2. Este de la autora me llama la atencion y me gusta que sea solo uno. Apuntado queda.

    Saludos

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