Reseña · El último llanto de los delfines · Estefanía Yepes

Ficha del libro

Opinión 

Mi primera reseña del año va a ser esta de la última novela de Estefanía Yepes, El último llanto de los delfines. El cuerpo me pedía una historia romántica contemporánea, y por ello me decanté por esta novela publicada por Titania a finales del 2018. En ella he encontrado justo lo que buscaba y ha hecho que por fin acabara una novela completa en este 2019. 

Haley, la protagonista femenina, vive en Málaga y trabaja como correctora literaria freelance. De padre inglés y madre española siempre ha soñado con dar un salto en su carrera y dejar de sufrir por llegar a fin de mes. Su mejor amiga Adriana vive con ella y es su mayor apoyo en todo lo que hace. Ambas han conseguido mantener una perfecta sintonía entre su amistad y compartir techo. Todo lo contrario a lo que le pasa con su novio Toni, con el que a pesar de llevar un par de años no acaba de encontrar ese empujón que le lleve a vivir con él. Este no ve con buenos ojos el inestable trabajo de Haley e intenta convencerla para que lo deje y comience a trabajar con él en el mismo bar donde él lo hace. 

En el momento en el que la vida de Haley da un giro de 180 grados al recibir una oferta laboral de parte de Royal Editions todas las caretas caen, y es cuando ella ve más claro que nunca que debe tomar ese camino y dejar atrás a todo aquel que no sea más que un lastre. El trabajo que le ofrecen le supone un cambio de vida ya que debe mudarse a New York pero es sin duda la oportunidad de su vida. Así que aunque todo este cambio le de un terrible miedo coge sus maletas y se muda a la gran ciudad, comenzando así una nueva vida. Una vez allí vivirá acogida en la casa del amable matrimonio Smith, los cuales la acogerán con los brazos abiertos haciéndole todo mucho más fácil. 

Su día a día será mucho más intenso de lo que esperaba, pero también muy enriquecedor al estar haciendo lo que más ama. Además todo dará un giro más en el momento en el que conoce a Owen, hijo de los Smith, y el cual supondrá todo un misterio para ella. Su vida ha comenzado a llenarse de color, y poco a poco tendrá que ir tomando decisiones y decidir que tiene más valor en su vida, si su integridad profesional y sus valores o cumplir con lo que le piden. 

—¿Quieres que te lo cuente entonces? —preguntó, trastornándome de nuevo.
—No lo sé —contesté, juguetona—. ¿Acaba bien? Aunque no me hacía falta su explicación para saberlo, seguía queriendo conocer su punto de vista.
—¿Qué es para ti bien?
—Pues lo mismo que para el resto del mundo, supongo. Un final que no haga que desee tirarme de los pelos y luego arrancarle la cabeza a alguno de los personajes. Me miró con una media sonrisa, como si tratara de descubrir si esta vez era yo la que le estaba tomando el pelo o, efectivamente, no conocía el final de la historia.
—Vaya… No te imaginaba tan agresiva. —Rio, y esta vez el sonido de su risa fue real… y precioso.
—No soy agresiva. Soy… emocional —respondí siguiéndole el juego, con la inocente idea de que, con ello, quizá volviera a hacerle reír del modo que acababa de hacerlo.
—¿De las que suspiran en voz alta cuando el príncipe se declara, rodilla en el suelo, ante su amada princesa?
Su comentario, evidentemente jocoso, no logró herirme en absoluto. Lejos de ello, me reafirmé en mí misma, en mi carácter y en mi manera de vivir la literatura. Sí. Me emocionaba y suspiraba mientras leía, e incluso me había llegado a reír a carcajadas sin ser consciente de que la gente que había a mi alrededor me miraba sin comprender, como si estuviera loca. Y no me avergonzaba reconocerlo.
—De las que aman si el protagonista ama. O de las que lloran si la historia duele hasta desgarrarte. ¿Algún problema? Owen no desvió la mirada que mantenía puesta en el suelo, en el lugar donde iban pisando sus pies. Sin embargo, no me pasó en absoluto desapercibido su gesto de admiración ante mi respuesta. Fue apenas imperceptible, pero no se me escapó. Y fue casi mejor que su sonrisa. Solo casi.
—Acaba bien, entonces. Con muchos besos y estrellitas de colores alrededor de los protagonistas.

Ya había leído anteriormente novelas de Estefanía, así que su pluma no era para mí desconocida. Tiene una forma dulce de desarrollar sus historias, y aunque esta vaya siendo previsible a medida que avanzas en la lectura es un libro que te deja satisfecha. Haley la protagonista me ha convencido, y me ha gustado mucho como ha ido luchando por sus sueños, aunque en el caso de Owen me hubiera gustado saber un poco más sobre él para poder conectar algo más con su figura. Los secundarios, como el matrimonio Smith, hacen perfectamente su papel y hacen que todo cuadre de un modo más real en la historia. 

Me ha encantado que el enfoque de la novela se haya centrado en el desarrollo laboral de Haley dentro del mundo editorial, y creo que es sin duda uno de los puntos fuertes de la historia. No quiero decir a qué me refiero en concreto para no desvelar nada de la trama, pero la verdad es que es un mundo que me fascina y sobre el que me gusta siempre leer y hacer cábalas sobre lo que ocurre entre bambalinas cuando se prepara una novela. Quién sabe cuanto de lo que se toca en esta historia no ocurre en algunos casos en la vida real. Si leéis la novela lo comentamos. 

El último llanto de los delfines es una historia muy bonita que nos demuestra que siempre debemos seguir a nuestros instintos y hacer siempre lo que creemos que es correcto. Una novela contemporánea que os recomiendo si queréis una novela de este género. Hoy día, donde lo que más predomina son las historias new adult da gusto encontrarse con una novela con unos personajes más formados y de corte menos juvenil y una historia de amor más clásica. Si os gusta este género y el mundo literario no dudéis en leerla.